Descripción general de la hepatitis viral
¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis es una inflamación del hígado. El hígado está en la parte superior derecha del abdomen. Esta afección puede deberse a un virus. Causa lesiones en las células del hígado.
Hay dos tipos de hepatitis:
Hepatitis aguda. Empieza de forma repentina y dura pocas semanas.
Hepatitis crónica. Puede durar meses o años.
Hay cinco tipos principales del virus de la hepatitis. Estos son los siguientes:
Hepatitis A
Hepatitis B
Hepatitis C
Hepatitis D
Hepatitis E
A continuación, puede obtener más información sobre estos tipos.
Hepatitis A
Este tipo de hepatitis suele contagiarse por las heces infectadas que entran en contacto con la boca. O se propaga a través de alimentos y agua contaminados con las heces. En casos poco frecuentes, puede contagiarse por el contacto con sangre. En otros casos poco frecuentes, puede ser transmitida por la sangre. Estas son algunas formas en que la hepatitis A puede contagiarse:
Comer alimentos hechos por alguien que tocó heces infectadas
Tomar agua contaminada por heces infectadas. Esto es un problema en países en vías de desarrollo con mala gestión de las aguas residuales.
Tocar las heces de una persona infectada. Esto ocurre cuando la higiene de manos es deficiente.
Los brotes pueden ocurrir en guarderías grandes, sobre todo, cuando hay niños en pañales
Contacto sexual con una persona infectada
Ahora hay una vacuna de protección contra la hepatitis A muy efectiva. Se recomienda para bebés de 12 meses o más en los EE. UU. Se aconseja a las personas adultas en riesgo de contagio que se vacunen. Pero cualquier persona adulta que quiera recibir la vacuna puede hacerlo.
Hepatitis B
La hepatitis B (VHB) tiene una amplia gama de síntomas. Puede ser leve y sin síntomas. O puede causar hepatitis a largo plazo (crónica). En algunos casos, puede producir insuficiencia hepática y la muerte. El virus de la hepatitis B puede contagiarse mediante los fluidos corporales. Estos incluyen la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la saliva.
Las siguientes son las formas principales de contagio de la hepatitis B en los países desarrollados:
Cortes con instrumentos o agujas afiladas y contaminadas con hepatitis B
Uso de artículos personales de una persona infectada (rasuradoras, cepillos de dientes)
Relaciones sexuales con una persona infectada
En todo el mundo, la forma principal de contagio de hepatitis B en los bebés es a través de las madres. Los bebés cuyas madres tienen el virus también tienen mucho riesgo de contagiarse la enfermedad. También tienen mucho riesgo de contagiarse la enfermedad si no reciben la vacuna en las primeras 24 horas desde su nacimiento. Si el bebé recibe inmunoglobulina contra la hepatitis B, estará más protegido. A menudo, la madre recibe tratamiento durante el embarazo para reducir el riesgo de contagiarle hepatitis B al bebé. Los niños que están infectados suelen transmitir el virus a otros niños por el contacto. El virus también se puede contagiar si un niño tiene muchas raspaduras o cortes.
Las siguientes son algunas de las personas con riesgo de tener hepatitis B:
Los bebés cuyas madres tienen hepatitis B
Los bebés cuyas madres emigraron de una región donde la hepatitis B está extendida, como África, Rusia, Europa oriental, Oriente Medio, India, el sudeste de Asia y China
Personas que viven en centros de atención a largo plazo o que están discapacitadas
Personas que viven en la misma casa que alguien infectado con el virus
Personas que tienen un trastorno de coagulación, como la hemofilia
Personas que necesitan diálisis por insuficiencia renal
Personas que consumen drogas por vía intravenosa o tienen relaciones sexuales sin protección
Personas con trabajos que impliquen el contacto con sangre humana
Personas que hayan recibido transfusiones de sangre o de sus derivados antes de la década de 1990
Hay una vacuna para la hepatitis B. Es una vacuna de rutina en niños. También es una vacuna de rescate en los adolescentes y las personas con riesgo alto. Según las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), todos los bebés deben recibir la vacuna contra la hepatitis B al nacer. La hepatitis B puede tratarse. Se puede controlar. Pero no se puede curar.
Hepatitis C
Los síntomas de la hepatitis C a menudo son leves y ocurren con lentitud. Con frecuencia, los niños o las personas adultas no presentan síntomas. La hepatitis C se contagia, principalmente, por el contacto con sangre infectada. También puede ocurrir por contacto sexual. O puede transmitirse de una madre infectada al bebé. En algunos casos, la fuente de contagio no es clara. La hepatitis C tiene síntomas más leves al principio. Pero deriva en una enfermedad hepática a largo plazo (crónica) en la mayoría de las personas infectadas. Según los CDC, la hepatitis C es el motivo principal de un trasplante de hígado. Además, es la principal causa de cáncer de hígado en los EE. UU.
Las siguientes son algunas personas con riesgo de tener hepatitis C:
Personas nacidas entre 1945 y 1965
Niños nacidos de madres infectadas por el virus
Personas que tengan un trastorno de coagulación, como la hemofilia, y hayan recibido factores de coagulación antes de 1987
Personas que necesitan diálisis por insuficiencia renal
Personas que hayan recibido transfusiones de sangre antes de 1992
Personas que consumen drogas por vía intravenosa o tienen relaciones sexuales sin protección
No hay una vacuna contra la hepatitis C. Las personas con riesgo de tenerla deben controlarse con frecuencia. Las personas con hepatitis C deben controlar con atención la presencia de signos de hepatitis crónica e insuficiencia hepática. Hay tratamiento para el virus de la hepatitis C (VHC). Tiene una tasa de curación muy alta y cambia la salud y las perspectivas de futuro de las personas.
Hepatitis D
Esta forma de hepatitis puede ocurrir solo si tiene hepatitis B. Si una persona tiene hepatitis B y no muestra síntomas, o muestra síntomas muy leves, la infección con hepatitis D puede aumentar el riesgo de insuficiencia hepática y cáncer de hígado con progresión rápida. La hepatitis D puede ocurrir al mismo tiempo que la infección por hepatitis B, o puede ocurrir mucho después como una superinfección nueva. La hepatitis D se contagia de la misma forma que la hepatitis B. Pero es menos común que una madre infectada contagie a su bebé. La hepatitis D se puede curar con tratamiento en aproximadamente el 15 % de las personas.
Hepatitis E
Esta forma de hepatitis es parecida a la hepatitis A. Se contagia por las heces infectadas que entran en contacto con la boca. O se propaga a través de alimentos y agua contaminados con las heces. Es menos frecuente que la hepatitis A. La hepatitis E es más común en países en vías de desarrollo. También ocurre en los EE. UU. En la actualidad, no hay una vacuna contra la hepatitis E en los EE. UU. Pero hay una vacuna en China que brinda un nivel de protección alto. La hepatitis E es un motivo de preocupación importante en mujeres embarazadas.
¿Con qué frecuencia ocurre la hepatitis?
En los EE. UU.:
Las tasas de la hepatitis A cayeron un 92 % desde que se implementó la vacuna contra la hepatitis A en 1995.
Entre 800,000 y 2.2 millones de personas tienen infecciones crónicas por hepatitis B.
Unas 3.6 millones de personas tienen infecciones crónicas por hepatitis C.
¿Qué es la hepatitis aguda?
¿Qué es la hepatitis crónica?
La hepatitis aguda es bastante frecuente en los EE. UU.
Causas. Las siguientes son algunas causas comunes de la hepatitis aguda:
Infecciones por virus (hepatitis viral A, B, C, D o E)
Sobredosis de medicamentos (como el paracetamol)
Exposición a sustancias químicas (como agentes de limpieza)
Síntomas. A menudo, la hepatitis aguda empieza con síntomas parecidos a los de la gripe.
Cada persona puede tener síntomas diferentes. Entre ellos, se encuentran los siguientes:
Ojos o piel amarillentos (ictericia)
Náuseas
Vómitos
Falta de apetito
Fiebre
Sensibilidad en la parte superior derecha del abdomen
Dolor muscular
Dolor en las articulaciones
Heces de color arcilla
Picazón, urticaria de color rojo en la piel
Los síntomas de la hepatitis aguda pueden ser parecidos a los de otros problemas de salud. Consulte con su proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico.
Diagnóstico. El proveedor de atención médica le preguntará sobre su historia clínica. También le hará una exploración física. Es posible que le hagan análisis de sangre para controlar la función hepática y si hay lesiones.
Tratamiento. El tratamiento dependerá de los síntomas, de la edad y del estado general de salud. También, de la gravedad de la afección.
El tratamiento varía según el tipo de hepatitis aguda (viral o no viral). Quizá deba permanecer en el hospital si tiene un caso grave y agudo de hepatitis.
Las personas con hepatitis viral aguda pueden convertirse en portadores crónicos de la enfermedad. Deberá tener mucho cuidado para no contagiar la enfermedad.
Algunas personas no se recuperan de la hepatitis aguda por completo. Desarrollan hepatitis crónica. Esto significa que el hígado sigue teniendo más lesiones e inflamación. Se dice que la hepatitis es crónica si los síntomas duran más de 6 meses. La hepatitis crónica puede durar años.
Los siguientes son algunos tipos de hepatitis crónica:
Hepatitis crónica inducida por el alcohol. Causa daños en todo el hígado por el alto consumo de alcohol.
Hepatitis crónica activa. Hay inflamación grave y daños en las células del hígado. Esto puede causar cirrosis. Tiene muchas causas.
Causas. Algunos virus, trastornos genéticos, enfermedades autoinmunitarias y medicamentos pueden causar hepatitis crónica en algunas personas, pero no en otras. Estas son algunas causas frecuentes:
Hepatitis viral B, C y D
Alto consumo de alcohol
Ataques del cuerpo a los tejidos (trastorno autoinmunitario)
Reacciones a determinados medicamentos
Enfermedad de hígado graso no alcohólico. Esto es más frecuente en personas con afecciones metabólicas, como diabetes, hipertensión, obesidad y nivel alto de colesterol.
Trastornos metabólicos (como la hemocromatosis o la enfermedad de Wilson)
Síntomas. Los síntomas suelen ser leves. El daño al hígado continúa. Pero la progresión suele ser lenta. Cada persona puede tener síntomas diferentes. Algunas personas pueden no tener síntomas. Otras pueden tener síntomas como los siguientes:
Sensación de estar enfermo
Falta de apetito
Cansancio extremo (fatiga)
Fiebre baja
Dolor en la parte superior del abdomen
Ojos o piel amarillentos (ictericia)
Agrandamiento del bazo
Vasos sanguíneos delgados y visibles en la piel
Retención de líquidos
Los síntomas de la hepatitis crónica pueden ser parecidos a los de otros problemas de salud. Consulte con su proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico.
Diagnóstico. El proveedor de atención médica le preguntará sobre su historia clínica. También le hará una exploración física. Es posible que también le hagan las siguientes pruebas:
Análisis de las enzimas hepáticas
Análisis de la función hepática
Ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética del hígado
Análisis serológicos y genéticos, entre otros
Biopsia del hígado para encontrar la causa y determinar la gravedad de la inflamación, la cicatrización y la cirrosis
Tratamiento. El tratamiento dependerá de los síntomas, de la edad y del estado general de salud. También, de la gravedad de la afección.
El objetivo del tratamiento es detener el daño al hígado y aliviar los síntomas. El tratamiento puede incluir lo siguiente:
Un agente antiviral. Cuando la causa es la hepatitis B o C, la inflamación del hígado se puede detener con distintos agentes antivirales. Por lo general, la hepatitis C se puede curar.
Corticoesteroides. Se pueden usar para tratar la enfermedad hepática crónica causada por un trastorno autoinmunitario. Se suprime la inflamación, pero la cicatrización del hígado puede continuar. Pueden combinarse con otros medicamentos.
Suspensión de determinados medicamentos. Cuando determinados medicamentos son la causa de la hepatitis crónica, mediante la suspensión a menudo se eliminan los síntomas.
Suspensión del consumo de alcohol. Esto alivia la enfermedad hepática alcohólica. Pero también es útil dejar de consumir alcohol si tiene otras afecciones del hígado.
Control de afecciones metabólicas. La hepatitis puede repercutir en las afecciones metabólicas. Esto incluye la diabetes, los niveles altos de colesterol y triglicéridos, la obesidad y la presión arterial alta. Estas afecciones también deberán tratarse.
Cómo prevenir el contagio de la hepatitis viral
Tener buenos hábitos de higiene personal es clave para prevenir el contagio de muchas enfermedades, como la hepatitis. Las siguientes son otras medidas de prevención:
Recibir vacunas. La vacuna contra la hepatitis B se administra a recién nacidos, bebés y niños pequeños. Es parte del cronograma habitual de vacunación. Hay vacunas contra la hepatitis A disponibles para personas en riesgo de contagiarse mientras viajan. Actualmente, no hay vacunas contra la hepatitis C, D ni E.
Pruebas de detección en transfusiones de sangre. La sangre que se usa para las transfusiones se analiza de forma rutinaria para detectar hepatitis B y C y reducir el riesgo de infección.
Tratamiento con antibióticos. Si una persona estuvo expuesta a la hepatitis, puede administrarse un tratamiento con antibióticos para protegerla contra la enfermedad.
Prácticas sexuales seguras. Tenga relaciones sexuales seguras. Esto incluye usar condones.
Uso seguro de agujas. No comparta ni reutilice agujas, jeringas ni otros equipos.
No compartir artículos personales. No use los artículos personales que puedan tener cantidades mínimas de sangre de una persona infectada. Esto incluye cortaúñas, cepillos de dientes, medidores de glucosa o rasuradoras.
Tatuarse de forma segura. Si quiere hacerse un tatuaje, solo hágalo en centros autorizados. No se haga tatuajes en lugares inseguros.