Enfermedad arterial periférica
La arteriopatía periférica (arteriopatía periférica) es un estrechamiento u obstrucción de las arterias que provoca un flujo sanguíneo deficiente a brazos y piernas.
Si padece arteriopatía periférica, cuando camina o hace ejercicio los músculos de las piernas no reciben suficiente sangre y puede sufrir calambres dolorosos. La arteriopatía periférica también se denomina enfermedad vascular periférica. Suele afectar a las piernas. Si necesita atención para esta enfermedad, póngase en contacto con su médico de cabecera para que le remita a un especialista.
La causa más frecuente de la arteriopatía periférica
La causa más frecuente de la arteriopatía periférica es la acumulación de placa en el interior de las arterias. La placa está formada por el exceso de colesterol, calcio y otras sustancias presentes en la sangre. Con el tiempo, se acumula en las paredes internas de las arterias, incluidas las que suministran sangre a las piernas. El colesterol alto, la hipertensión arterial y el tabaco contribuyen a la acumulación de placa. Todas las partes del cuerpo necesitan sangre rica en oxígeno. Pero la acumulación de placa impide que la sangre fluya libremente y priva de oxígeno a los músculos y otros tejidos de la parte inferior del cuerpo.
Síntomas y tratamiento
Muchas personas con arteriopatía periférica no presentan síntomas. Si tiene síntomas, puede sentir un dolor opresivo en la pantorrilla, el muslo o la nalga. Este dolor, denominado claudicación intermitente, suele aparecer después de caminar una cierta distancia. Por ejemplo, el dolor puede empezar siempre después de caminar una o dos manzanas, o al cabo de unos minutos, y desaparecer si deja de caminar. A medida que la enfermedad empeora, es posible que sienta dolor en el pie o en el dedo cuando no esté caminando.
Su médico hablará con usted sobre sus síntomas y sus antecedentes de salud y le hará un examen físico. Durante la exploración, el médico le tomará el pulso en la ingle, detrás de la rodilla, en la cara interna del tobillo y en la parte superior del pie. El pulso muestra la fuerza del flujo sanguíneo. La ausencia o debilidad del pulso en estos puntos es un signo de enfermedad arterial periférica. Su médico también puede observar el color de su pie cuando está más alto que el nivel de su corazón y después de hacer ejercicio. El color del pie puede ser un indicio de si circula suficiente sangre por las arterias.
Es probable que le hagan una prueba que compara la tensión arterial de las piernas con la de los brazos. Esto se denomina índice tobillo-brazo. También puede realizarse una prueba denominada ecografía Doppler arterial para comprobar el flujo sanguíneo en las arterias. Los análisis de sangre para comprobar el colesterol y la glucemia pueden indicar si tiene otros problemas relacionados con la arteriopatía periférica, como colesterol alto y diabetes.
El tratamiento de la arteriopatía periférica se basa principalmente en cambios saludables en el estilo de vida y en el control de la hipertensión y el colesterol. Puede necesitar medicamentos para aliviar los síntomas o controlar otros problemas de salud. En algunos casos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica o una angioplastia.
Haga cambios saludables para reducir el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus.
- Si fumas, deja de fumar. Es una de las cosas más importantes que puede hacer.
- Si necesitas ayuda, habla con tu médico sobre los programas y medicamentos que pueden ayudarte a dejar de fumar.
- Coma alimentos sanos.
- Siga un programa de ejercicio.
- Controle el colesterol y la tensión arterial si los tiene altos.
- Es posible que necesite medicamentos que le ayuden a hacerlo.
- Si tiene diabetes, mantenga el nivel de azúcar en sangre dentro de los límites deseados.
- Adelgace si es necesario y mantenga un peso saludable.
Su médico puede sugerirle que asista a un programa de rehabilitación cardiaca. En la rehabilitación cardiaca recibirás formación y apoyo para desarrollar nuevos hábitos saludables.
Si los cambios en el estilo de vida no le ayudan, su médico puede recetarle medicamentos que le ayuden a aliviar el dolor al caminar.
En raras ocasiones, la enfermedad arterial periférica avanzada puede hacer que los tejidos de la pierna o el pie mueran porque no reciben suficiente oxígeno debido a un flujo sanguíneo deficiente. Si esto ocurre, habrá que extirpar (amputar) parte de la pierna o el pie. Esto es más frecuente en personas que también padecen diabetes.