Salas de tratamiento
Su hijo puede necesitar una prueba o procedimiento mientras está en el hospital. Nuestras salas de tratamiento son espacios adaptados a los niños en la unidad pediátrica del Hospital Dee Ann White de Mujeres y Niños de Cox South. Durante un procedimiento, puede permanecer en la sala de tratamiento con su hijo para ofrecerle comodidad y apoyo. Antes de ir con su hijo a la sala de tratamiento, hágase las siguientes preguntas:
- ¿Cómo se desenvuelve en situaciones estresantes con su hijo?
- ¿Cómo reacciona ante los lugares cerrados y abarrotados?
- ¿Se ha desmayado alguna vez por estar expuesto a equipos médicos (por ejemplo, al sacarle sangre o ponerle las vacunas a su hijo)?
Después de responder sinceramente a estas preguntas, pregúntese si lo mejor para su hijo es que usted esté con él en la sala de tratamiento. Si decide acompañar a su hijo a la sala de tratamiento, he aquí algunas formas de ayudarle a afrontar eficazmente el procedimiento que se avecina:
- Para determinados procedimientos, es posible que pueda sostener a su hijo en su regazo. Si esta es una opción, el personal le explicará exactamente dónde sentarse y cómo sujetar a su hijo para que todo vaya lo mejor posible. Si usted es el titular, su trabajo consistirá en dar a su hijo un "gran abrazo" e intentar reconfortarle cantándole o hablándole de algunas de sus cosas favoritas.
- Aunque no vayas a coger a tu hijo en brazos, puedes quedarte a su lado y decirle cosas que suelen reconfortarle en momentos de estrés. Simplemente hablarle o cantarle sus canciones favoritas le ayudará porque reconocerá tu voz. Mantener el contacto físico también es tranquilizador. Cogerle la mano o acariciarle el pelo es una buena idea. Tu hijo querrá oír tu voz, verte y sentir que estás con él.
- Recuerde que su hijo puede llorar y que no pasa nada. A veces los niños lloran para liberar tensiones. No es culpa suya si su hijo llora. Le sugerimos que siga hablando y tocando a su hijo para ayudarle a calmarse.
- No le diga a su hijo que la intervención no le va a doler: puede que le duela, pero es importante que su hijo pueda confiar en lo que usted le dice.