Pruebas para el diagnóstico de trastornos neurológicos
¿Cuáles son algunas pruebas de diagnóstico para los trastornos del sistema nervioso?
Evaluar y diagnosticar los daños al sistema nervioso es un proceso complicado y complejo. Muchos de los mismos síntomas ocurren en diferentes combinaciones en los distintos trastornos. Muchos trastornos, además, no tienen causas, marcadores ni pruebas definitivos. Por eso el diagnóstico es aún más difícil.
Para diagnosticar un trastorno del sistema nervioso, el proveedor de atención médica comienza con una revisión de la historia clínica y una exploración física. Además, podría hacerle una o más de estas pruebas:
Tomografía computarizada. En esta prueba de diagnóstico por imágenes, se usa una combinación de radiografías y tecnología de computadora para crear imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, como los huesos, los músculos, la grasa y los órganos. Estas imágenes son más detalladas que las que se obtienen en las radiografías generales. Se usan para diagnosticar trastornos del cerebro, de la columna vertebral o de otras partes del sistema nervioso.
Electroencefalograma (EEG). En esta prueba se registra la actividad eléctrica continua del cerebro mediante electrodos que se adhieren al cuero cabelludo.
Resonancia magnética. En esta prueba se combinan imanes grandes, ondas de radio y una computadora para generar imágenes detalladas de los órganos y las estructuras del cuerpo. La resonancia magnética crea imágenes con mucho más detalle que la tomografía computarizada sin radiación.
Pruebas electrodiagnósticas, como la electromiografía (EMG) y la velocidad de conducción nerviosa. En estas pruebas se evalúan y se diagnostican trastornos de los músculos y las neuronas motoras. Se colocan electrodos en el músculo o se colocan sobre la piel que cubre el músculo o un grupo de músculos. Se registran la actividad eléctrica y la respuesta de los músculos.
Tomografía por emisión de positrones (TEP). En esta prueba, se usan una pequeña cantidad de material radiactivo, una cámara y una computadora para observar el funcionamiento de los órganos y los tejidos. Con esta prueba se puede detectar la aparición temprana de la enfermedad antes de lo que pueden hacerlo las pruebas de diagnóstico por imágenes.
Arteriografía (angiografía). Es una radiografía de las arterias y las venas que permite detectar si hay una obstrucción o un estrechamiento de los vasos sanguíneos.
Punción espinal (punción lumbar). Durante esta prueba, se introduce una aguja especial en la parte baja de la espalda hasta llegar al conducto vertebral. Este conducto es la zona que rodea la médula espinal y los nervios. Así se puede medir la presión en el conducto vertebral y el cerebro. Quizás se extraiga una pequeña cantidad de líquido cefalorraquídeo (LCR) y se lo envíe para analizarlo y averiguar si hay alguna infección u otros problemas. El líquido cefalorraquídeo es el que rodea el cerebro y la médula espinal.
Potenciales evocados. En esta prueba se registran las señales eléctricas del cerebro a estímulos visuales, auditivos y sensoriales.
Mielografía. En esta prueba se inyecta un medio de contraste en el conducto vertebral para que se pueda ver la estructura en una radiografía. Esta prueba se usa con menos frecuencia porque la resonancia magnética está mucho más disponible.
Neuroecografía. En esta prueba, se usan ondas sonoras de ultra alta frecuencia. Permiten que el proveedor de atención médica analice el flujo de sangre cuando es posible que haya un ataque cerebral. Esto incluye la ecografía carotídea y el doppler transcraneal.
Ecografía. En esta prueba de diagnóstico por imágenes se usan ondas de sonido de alta frecuencia y una computadora para crear imágenes de los vasos sanguíneos, de los tejidos y de los órganos. Las ecografías sirven para ver los órganos internos mientras están en funcionamiento. También permiten evaluar la circulación de la sangre por varios vasos sanguíneos.