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Masas benignas de la piel en los niños

¿Qué son las masas benignas en la piel?

Los niños pueden tener muchos tipos de masas en la piel. La gran mayoría de las masas en los niños son benignas. Eso significa que no son cancerosas. Pueden deberse a causas genéticas, lesiones, exposición al sol u otros motivos.

¿Cuáles son los tipos de masas benignas en la piel?

Nombre

Aspecto

Tratamiento

Dermatofibromas

Son bultos pequeños, firmes, de color rojo o marrón parecidos a una cicatriz. Se deben a la acumulación de fibroblastos (células de tejido blando que están debajo de la piel). A menudo aparecen en las piernas y es posible que produzcan picazón. Suelen ser provocados por un traumatismo, como la picadura de un insecto.

Si se vuelven muy dolorosos o pican mucho, los dermatofibromas pueden extirparse con una cirugía.

Quistes dermoides

Se trata de un tumor no canceroso (benigno) que está compuesto de pelos, glándulas sudoríparas y glándulas sebáceas. Es posible que algunos tumores dermoides internos también contengan cartílago, fragmentos óseos y dientes. Son poco frecuentes y suelen estar presentes al nacer.

Los quistes dermoides se pueden extirpar con una cirugía por motivos estéticos o si causan algún problema, por ejemplo si están sobre el párpado.

Pecas

Son manchas planas oscurecidas que suelen aparecer solamente en las áreas de la piel expuestas al sol. Las pecas son comunes en las personas de cabello rubio o pelirrojas.

No es necesario ningún tratamiento para las pecas.

Queloides

Son masas lisas, firmes y fibrosas en la piel que se forman donde hubo una herida. Los queloides son más comunes en las personas de tez oscura.

Estas masas no responden bien a la mayoría de los abordajes de tratamiento. Es posible que las inyecciones de corticosteroides ayuden a aplanarlos. Otros métodos de tratamiento pueden incluir cirugía, tratamiento con láser, radiación externa o parches de silicona para aplanar aún más los queloides.

Lipomas

Son bultos redondos u ovalados que se mueven con facilidad debajo de la piel y se producen por depósitos de grasa. Suelen aparecer en los antebrazos, el torso y la nuca.

Por lo general, son inofensivos. Sin embargo, si el lipoma cambia de forma, es posible que se recomiende hacer una biopsia. Si el lipoma es molesto para el niño, el tratamiento puede incluir extirparlo con cirugía.

Lunares (nevos)

Son marcas pequeñas en la piel que se deben a las células que producen el pigmento. Los lunares pueden ser planos o elevados, lisos o ásperos y algunos tienen pelos. La mayoría es de color marrón oscuro o negro. Algunos pueden ser del color de la piel o amarillentos. Los lunares pueden cambiar con el tiempo y a menudo reaccionan a los cambios hormonales.

En la mayoría de los casos, los lunares son benignos y no se necesita tratamiento. Algunos lunares benignos pueden convertirse en cáncer de piel (melanoma). A continuación puede consultar los signos de que un lunar se está volviendo canceroso.

Lunares atípicos (nevos displásicos)

Los lunares atípicos son más grandes que los normales y no siempre son redondos. Pueden ser de color marrón claro u oscuro, con un fondo rosado. Estos lunares pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo.

El tratamiento puede incluir extirpar cualquier lunar atípico que cambie de color, de forma o de diámetro. Las personas con lunares atípicos deben evitar la exposición al sol, ya que la luz solar puede acelerar los cambios en este tipo de lunares. Quienes los tienen deben hablar con un proveedor de atención médica sobre cualquier cambio que pueda ser indicio de cáncer en la piel.

Granulomas piógenos

Son marcas elevadas de color rojo, marrón o negro azulado que se producen por un crecimiento excesivo de los capilares (vasos sanguíneos pequeños). Los granulomas piógenos suelen formarse después de una lesión en la piel.

Suelen sangrar con facilidad.

Algunos desaparecen sin tratamiento. En otros casos, se necesita una biopsia para descartar la posibilidad de que haya cáncer. El tratamiento puede incluir una cirugía para extirparlo.

Quistes epidermoides

También conocidos como quistes de inclusión epidérmicos, son bultos benignos comunes. En la mayoría de los casos, no producen malestar, a menos que se inflamen o se infecten. Pueden tener un tamaño de media pulgada (1.25 cm) o más y son comunes en la espalda, la cabeza y el cuello. Son firmes y contienen una sustancia blanca.

No se necesita tratamiento para extirparlo, a menos que se inflame o que cause problemas por su ubicación. En ocasiones, los quistes epidermoides desaparecen sin necesidad de tratamiento, pero pueden volver a aparecer.