Hepatitis B
¿Qué es la hepatitis B?
La hepatitis es el enrojecimiento y la hinchazón (inflamación) del hígado. En ocasiones produce daño permanente al hígado.
Existen varios tipos de hepatitis. En el caso de la hepatitis B, el hígado está infectado por el virus de la hepatitis B. Esto causa inflamación. Hace que el hígado ya no funcione de la manera correcta.
El hígado es un órgano grande que está ubicado debajo de las costillas, en el lado derecho del abdomen. Ayuda a filtrar los desechos del cuerpo, produce un líquido llamado bilis para ayudar con la digestión de los alimentos y almacena azúcar que el cuerpo usa como energía. También produce muchas proteínas necesarias para el cuerpo.
En los Estados Unidos, la hepatitis B es una de las enfermedades más comunes que pueden prevenirse con una vacuna.
La hepatitis B puede ser temporal (aguda) o permanente (crónica). A menudo tiende a volverse crónica en los lactantes y los niños pequeños y, con menor frecuencia, en las personas que se contagian de adultos.
Hepatitis B aguda. Es una infección breve (de 6 meses o menos) que desaparece porque el cuerpo elimina el virus.
Hepatitis B crónica. Es una infección permanente que se produce cuando el cuerpo no puede eliminar el virus. Provoca daño permanente en el hígado.
¿Cuáles son las causas de la hepatitis B?
La hepatitis B se debe a una infección por el virus de la hepatitis B. La hepatitis B puede transmitirse de una persona a otra. El contagio se produce cuando se entra en contacto con una persona infectada a través de lo siguiente:
Sangre
Semen
Secreciones vaginales
Saliva
Es común que el virus se propague por estos medios:
Pinchazos de aguja
Instrumentos cortantes
Afeitadoras y cepillos de dientes compartidos
Relaciones sexuales sin protección con una persona infectada
Elementos para consumir drogas compartidos
Los bebés también pueden enfermarse si la madre tiene el virus. Los niños que jueguen a menudo con un niño infectado, y entren en contacto con los líquidos corporales de dicho niño, pueden contagiarse. Por ejemplo, un niño puede entrar en contacto con la sangre o con las llagas abiertas supurantes de un niño infectado.
Para que el virus se propague, tiene que haber un contacto con los líquidos corporales. Por lo que tan solo jugar con un amigo no hará que se transmita la hepatitis B. La hepatitis B no se contagia por lo siguiente:
Sentarse junto a una persona infectada
Abrazar a una persona infectada
Dar la mano a una persona infectada
Beber agua o consumir alimentos
El estornudo o la tos de una persona infectada
¿Quiénes están en riesgo de tener hepatitis B?
Cualquier persona puede contraer hepatitis B por el contacto con la sangre o los líquidos corporales de alguien infectado de hepatitis B.
Algunas personas corren un mayor riesgo de contraerla, por ejemplo en los siguientes casos:
Niños de madres que tienen hepatitis B. Las embarazadas deben hacerse la prueba de detección de hepatitis B.
Personas de naciones asiáticas o de las islas del Pacífico
Personas que viven en centros de atención a largo plazo o que están discapacitadas
Personas que viven en la misma casa con alguien que tiene el virus
Personas que tienen un trastorno de coagulación, como la hemofilia
Personas que necesitan diálisis por insuficiencia renal
Personas que consumen drogas por vía intravenosa
Personas que tienen relaciones sexuales sin protección, en especial si tienen muchas parejas sexuales
Personas con empleos en los que estén en contacto con sangre, líquidos corporales humanos o agujas
Personas que trabajan o viven en una prisión
Personas que hayan recibido transfusiones de sangre o de sus derivados o trasplantes de órganos antes de la década de 1990
Personas que usan medicamentos que debilitan (inhiben) el sistema inmunitario (encargado de combatir las infecciones del cuerpo)
Personas con infecciones por VIH (virus de inmunodeficiencia humana) o por el virus de la hepatitis C
¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis B?
La hepatitis B tiene una amplia gama de síntomas. Puede presentarse de forma leve, sin síntomas, o puede provocar hepatitis crónica. En algunos casos, la hepatitis B puede producir insuficiencia hepática y provocar la muerte.
Los síntomas pueden ser diferentes en cada persona. Entre los síntomas más comunes de la hepatitis B, se incluyen los siguientes:
Falta de apetito
Náuseas y vómitos
Cansancio extremo (fatiga)
Fiebre
Dolor muscular
Dolor en las articulaciones
Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia)
Orina de color amarillo oscuro
Heces de color gris o parecido al de la arcilla
Dolor abdominal
Diarrea
Propensión al sangrado y a los moretones
Confusión
Hinchazón en el abdomen por el líquido
Los síntomas de la hepatitis B pueden ser parecidos a los de otros problemas de salud. Consulte siempre al proveedor de atención médica para asegurarse.
¿Cómo se diagnostica la hepatitis B?
Para saber si tiene hepatitis B, el proveedor de atención médica le hará una exploración física y le pedirá un análisis de sangre.
Si el proveedor de atención médica sospecha que tiene hepatitis B crónica, es posible que tome una muestra pequeña de tejido (biopsia) del hígado con una aguja. Estas muestras se analizan con un microscopio para determinar el tipo de enfermedad hepática y su gravedad. Por lo general, también se hace una ecografía para averiguar si el hígado se ve muy enfermo.
¿Cómo se trata la hepatitis B?
La hepatitis B no se trata sino hasta que se vuelve una infección permanente (crónica). Entonces, se usan medicamentos para intentar retrasar o detener el daño que el virus provoca en el hígado. La mayoría de las personas reciben tratamiento con medicamentos para tomar por la boca (por vía oral). Algunas personas reciben una inyección. La decisión sobre el tratamiento es complicada y depende de muchos factores. Entre ellos, se incluyen los resultados de las pruebas y el avance de la enfermedad.
También se vigilarán atentamente los síntomas y se los controlará según sea necesario. Si se produce un daño grave en el hígado, es posible que necesite un trasplante.
La hepatitis B no tiene cura. El tratamiento sirve para disminuir la cantidad del virus en la sangre, así como el riesgo de sufrir complicaciones.
¿Cuáles son las complicaciones posibles de la hepatitis B?
La hepatitis B crónica puede causar daños graves en el hígado. La forma más grave de daño hepático se denomina cirrosis. Con cirrosis, el hígado deja de funcionar de forma correcta. Es por esto que puede llegar a necesitar un trasplante de hígado.
La insuficiencia hepática puede causar la muerte.
El riesgo de tener cáncer de hígado es mayor en las personas con hepatitis B.
¿Qué puedo hacer para prevenir la hepatitis B?
Hay una vacuna disponible para prevenir la hepatitis B. La vacuna de 3 dosis se recomienda para todos los bebés y los menores de 18 años que no estén vacunados. Para los adultos, puede administrarse en 2 dosis (inyectables) con al menos 4 semanas de diferencia, o como 3 vacunas en el transcurso de 6 meses. Se recomienda la vacuna a todos los adultos que quieran estar protegidos y a los que estén en riesgo de infectarse. Si estuvo expuesto a la enfermedad hace muy poco, es posible que el proveedor le coloque una inyección de inmunoglobulina contra la hepatitis B.
Usted puede protegerse y proteger a los demás de la hepatitis B tomando estas medidas:
Use preservativos durante las relaciones sexuales
Asegúrese de que los tatuajes o las perforaciones (piercings) en el cuerpo se hagan con instrumentos que se hayan limpiado de forma correcta y que no tengan microbios (que estén esterilizados)
No comparta agujas ni otros elementos para administrarse drogas
No comparta cepillos de dientes ni rasuradoras
No toque la sangre ni los líquidos corporales de otra persona si no tiene guantes
Información importante sobre la hepatitis B
La hepatitis B es el enrojecimiento y la hinchazón (inflamación) del hígado. En ocasiones produce daño permanente al hígado.
La hepatitis B se debe a una infección por el virus de la hepatitis B.
La hepatitis B puede transmitirse de una persona a otra a través de la sangre o de los líquidos corporales, como el semen, las secreciones vaginales y la saliva, de una persona infectada.
Para protegerse, use condones durante las relaciones sexuales y no comparta agujas ni equipos para consumir drogas, cepillos de dientes ni afeitadoras.
Hay una vacuna disponible que puede prevenir la hepatitis B.
Próximos pasos
Consejos para aprovechar al máximo la consulta con el proveedor de atención médica:
Tenga en claro la razón de la visita médica y qué quiere que suceda.
Antes de la consulta, anote las preguntas que quiere hacer.
Lleve a un acompañante para que lo ayude a formular las preguntas y a recordar qué le dice el proveedor.
En la consulta, anote el nombre de cualquier diagnóstico nuevo y de las pruebas, los medicamentos o los tratamientos nuevos. También anote las instrucciones que el proveedor le indique.
Sepa por qué se receta un tratamiento o un medicamento, y cómo lo ayudará. Conozca los efectos secundarios.
Pregunte si su afección se puede tratar de otra forma.
Sepa por qué se recomienda una prueba o un procedimiento y qué podrían significar los resultados.
Sepa qué esperar si no toma el medicamento o no se realiza la prueba o el procedimiento.
Si tiene una cita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo de la consulta.
Sepa cómo comunicarse con el proveedor de atención médica si tiene preguntas, sobre todo después del horario de atención o durante los fines de semana.