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Desorden depresivo crónico en niños

¿Qué es el desorden depresivo crónico?

El desorden depresivo crónico se clasifica como un tipo de desorden afectivo (también llamado un trastorno afectivo) que con frecuencia se parece a una forma menos severa, pero más crónica de la depresión mayor (clínica). Antes se denominaba distimia o trastorno distímico. Sin embargo, las personas con desorden depresivo crónico pueden experimentar episodios de depresión clínica en algunos momentos.

La depresión es un trastorno afectivo que involucra el cuerpo, el estado de ánimo y los pensamientos del niño. Puede afectar y perturbar la alimentación, el sueño o los patrones de pensamiento y no es lo mismo que estar triste o melancólico, ni tampoco es un signo de debilidad personal ni una afección que se puede hacer desaparecer mediante fuerza de voluntad o deseo. Los niños con una enfermedad depresiva no pueden simplemente "hacer un esfuerzo" y mejorarse. El tratamiento con frecuencia es necesario y, en muchos casos, esencial para la recuperación.

Existen tres tipos principales de depresión, entre los que se incluyen:

  • Depresión clínica (depresión mayor)

  • Trastorno bipolar (maníaco depresivo)

  • Desorden depresivo crónico (distimia)

¿Quiénes se ven afectados por el desorden depresivo crónico?

El desorden depresivo crónico aparece aproximadamente en el 11 por ciento de los adolescentes de entre 13 y 18 años.

¿Cuáles son los síntomas del desorden depresivo crónico?

Aunque es menos severo pero sin embargo más crónico que la depresión clínica, los siguientes son lso síntomas más comunes del desorden depresivo crónico. Sin embargo, cada adolescente puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

  • Sentimientos continuos de tristeza

  • Sentimiento de desesperanza o impotencia

  • Baja autoestima

  • Sentimiento de inadecuación

  • Culpa excesiva

  • Sentimientos de querer morir

  • Dificultad para las relaciones

  • Perturbaciones del sueño (por ejemplo, insomnio o hipersomnia)

  • Cambios en el apetito o en el peso

  • Falta de energía

  • Dificultad para concentrase

  • Irritabilidad, hostilidad, agresión

  • Disminución de la capacidad de tomar decisiones

  • Pensamientos suicidas o intentos de suicidio

  • Molestias físicas frecuentes (por ejemplo, dolores de cabeza, de estómago o fatiga)

  • Irse de la casa o amenazar con irse de la casa

  • Pérdida de interés en las actividades usuales o las actividades que antes disfrutaban

  • Hipersensibilidad al fracaso o al rechazo

Para que se pueda realizar un diagnóstico de desorden depresivo crónico, un niño o un adolescente deben mostrarse deprimidos o irritables durante al menos un año y deben presentar por lo menos otros dos síntomas de la depresión clínica (antes mencionados). Los síntomas del desorden depresivo crónico pueden parecerse a los de otras afecciones psiquiátricas o problemas médicos. Siempre consulte al proveedor de atención médica de su hijo adolescente para obtener un diagnóstico preciso.

¿Cómo se diagnostica el desorden depresivo crónico?

Dado que está demostrado que la depresión con frecuencia coexiste con otros desórdenes psiquiátricos, como el abuso de drogas o los desórdenes de ansiedad, buscar un diagnóstico y un tratamiento tempranos es esencial para la recuperación del adolescente.

Un psiquiatra infantil u otro profesional de salud mental calificado habitualmente diagnostica el desorden depresivo crónico en niños o adolescentes solo después de un examen psiquiátrico exhaustivo. Una evaluación de la familia del adolescente, cuando sea posible, además de información suministrada por docentes y proveedores de atención médica también puede ser útil para realizar un diagnóstico.

Tratamiento del desorden depresivo crónico

El tratamiento específico para el desorden depresivo crónico será determinado por el proveedor de atención médica de su hijo según lo siguiente:

  • la edad de su hijo, su estado general de salud y su historia clínica

  • la gravedad de los síntomas

  • la tolerancia de su hijo a determinados medicamentos o terapias

  • las expectativas respecto de la evolución del trastorno

  • su opinión o preferencia

Los trastornos afectivos, incluido el desorden depresivo crónico, con frecuencia se pueden tratar con éxito. El tratamiento siempre debe basarse en una evaluación exhaustiva del adolescente y la familia. El tratamiento puede incluir alguna o varias de las siguientes:

  • Los medicamentos antidepresivos (en especial combinados con psicoterapia han demostrado ser muy efectivos en el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes)

  • La psicoterapia (con más frecuencia la terapia cognitiva/conductual y/o interpersonal) para adolescentes (centrada en cambiar la visión distorsionada que tiene el adolescente de sí mismo y del entorno que lo rodea; trabajar con las relaciones difíciles; identificar causantes de estrés en el entorno del adolescente y aprender cómo evitarlos)

  • Terapia familiar

  • Consultas con la escuela del adolescente

Los padres desempeñan un papel de apoyo esencial en cualquier proceso de tratamiento.

El desorden depresivo crónico está relacionado con un riesgo mayor de depresión clínica si un niño o un adolescente no reciben el tratamiento adecuado. El desorden depresivo crónico también aumenta el riesgo de que un niño o un adolescente desarrolle otros desórdenes de salud mental. El tratamiento adecuado ayuda a reducir la seriedad de los síntomas y el riesgo de que vuelvan a caer en un episodio depresivo.

Dado que los episodios de desorden depresivo crónico pueden durar más de cinco años, el tratamiento continuo a largo plazo puede ayudar a prevenir una reaparición de los síntomas depresivos.