Chuparse el pulgar
Chuparse el pulgar es uno de los hábitos más comunes de los niños. El hábito comienza a temprana edad: el 90 por ciento de los recién nacidos muestran algún tipo de forma de chuparse la mano a las dos horas de edad.
Chuparse el pulgar es normal en los bebés y niños pequeños, y no debería causar problemas permanentes si no se continúa pasados los cinco años de edad. Del mismo modo, por lo general es inofensivo que los bebés usen chupetes.
La Academia Estadounidense de Odontología Pediátrica (American Academy of Pediatric Dentistry) establece que la mayoría de los niños dejan de chuparse el pulgar por sí mismos entre las edades de dos a cuatro años. La Academia indica que no hay razón por la cual preocuparse hasta que los dientes frontales comiencen a salir. En este punto, algunos problemas podrían ocurrir, incluso dificultades de mordida o dientes frontales sobresalientes. La intensidad del hábito de chuparse el dedo es un factor que influye para determinar si podrían presentarse problemas. Si su hijo se chupa el dedo agresivamente y se está dañando los dientes primarios (de leche o bebé), visite a su dentista. Otros problemas que pueden ocurrir con chuparse el dedo son pulgares adoloridos, infecciones y callos en el pulgar.
Se considera que el uso del chupete puede en realidad ser mejor que chuparse el dedo por las siguientes razones:
Los chupetes son más blandos y causan menos daño a los dientes.
El borde plástico en el chupete proporciona algún alivio de la tensión ejercida sobre los dientes.
Los chupetes se pueden limpiar.
Consulte con el médico o dentista de su hijo si está preocupado porque su hijo se chupa el dedo.