Cáncer de tiroides: terapia dirigida
¿Qué es la terapia dirigida?
Las terapias dirigidas son medicamentos que inhiben la capacidad de las células cancerosas de crecer y propagarse. Su objetivo principal, o su diana, son uno o más cambios que se producen, principalmente, en las células cancerosas, por ejemplo, determinados cambios en las proteínas o ciertas alteraciones genéticas. Esto significa que suelen tener efectos secundarios muy diferentes en comparación con la quimioterapia.
Es posible analizar las células cancerosas para saber si tienen los cambios que estos medicamentos atacan. Se usan muchos medicamentos distintos, y hay muchas dianas diferentes sobre las que estos medicamentos actúan.
¿Cuándo puede usarse la terapia dirigida para el cáncer de tiroides?
La terapia dirigida se usa principalmente para tratar los casos de cáncer de tiroides medular y anaplásico. Los tratamientos con yodo y hormonas que se administran habitualmente y son eficaces en otros tipos de cáncer de tiroides a menudo no surten efecto en estos tipos de tumores malignos.
El cáncer de tiroides papilar, el folicular y el de células de Hürthle que no responden a los tratamientos habituales pueden tratarse también con terapia dirigida.
¿Cómo se administra la terapia dirigida para el cáncer de tiroides?
Por lo general, un oncólogo administra la terapia dirigida. La terapia dirigida que se administre depende del tipo de cáncer de tiroides. Los medicamentos que se usan en la terapia dirigida para el cáncer de tiroides se toman en forma de comprimidos o de cápsulas. Se tomarán en la casa una o dos veces por día. Los medicamentos de terapia dirigida que pueden usarse para tratar el cáncer de tiroides incluyen los siguientes:
Sorafenib
Lenvatinib
Vandetanib
Cabozantinib
Selpercatinib
Pralsetinib
Larotrectinib
Entrectinib
Dabrafenib
Trametinib
Sunitinib
Axitinib
Everólimus
Pazopanib
Aunque los medicamentos se administran por vía oral, siguen siendo fuertes y pueden causar efectos secundarios.
¿Cuáles son los efectos secundarios de la terapia dirigida?
Algunos de los efectos secundarios más comunes de la terapia dirigida incluyen los siguientes:
Náuseas
Mareos
Diarrea, que puede deberse a la inflamación del colon (colitis)
Estreñimiento
Presión arterial alta (hipertensión)
Dolor de cabeza
Cansancio intenso (fatiga)
Disminución del apetito
Pérdida o aumento de peso
Llagas en la boca
Problemas de la piel, como sequedad, sarpullido, ampollas u oscurecimiento de la piel
Problemas con la cicatrización de la herida
Eritrodisestesia palmoplantar (enrojecimiento, dolor e inflamación de las manos o los pies)
Dolor de vientre (abdomen)
Dolor en los músculos y en las articulaciones
Aumento del nivel de azúcar en la sangre
Sangrado gástrico menor
La mayoría de estos efectos secundarios desaparecen o se alivian con el tiempo, después de la finalización de la terapia. Tal vez haya cosas que pueda hacer para controlar algunos de ellos.
Estos medicamentos también pueden causar efectos secundarios graves. Pueden incluir infección, cambios en el ritmo cardíaco, inflamación pulmonar, daño al hígado o sangrado severo. Pero estos son menos frecuentes. Informe a los proveedores de atención médica sobre cualquier efecto secundario que tenga. Ellos pueden ayudarlo a mantenerlos bajo control.
Su proveedor de atención médica puede hacerle pruebas renales, tiroideas, hepáticas y de otras funciones durante la terapia dirigida.
Colabore con su proveedor de atención médica
Es importante saber qué medicamentos se está administrando. Anote los nombres de sus medicamentos. Esto incluye los medicamentos con receta y los de venta libre. Pregúntele al equipo de atención médica cómo funcionan. Conozca qué efectos secundarios podrían causar. Informe al equipo sobre todos los medicamentos a base de hierbas, las vitaminas y los suplementos que toma. Algunos pueden interactuar con la terapia dirigida.
Hable con sus proveedores de atención médica sobre los síntomas a los que debe estar atento y qué hacer si alguno se presenta. Pregúnteles qué cambios debe informarles. Por ejemplo, algunos tipos de terapias dirigidas pueden causar erupciones cutáneas que pueden empeorar si no se tratan de inmediato. Sepa a qué número llamar si tiene alguna pregunta. ¿Hay una línea telefónica diferente para llamar durante la noche, los fines de semana y los días festivos?
Puede ser útil llevar un registro de sus efectos secundarios. Escriba cualquier alteración física, del pensamiento y emocional. Tener una lista por escrito hará que le resulte más fácil recordar las preguntas cuando concurra a las citas. También les facilitará a usted y a su equipo de atención médica colaborar en el armado de un plan para controlar los efectos secundarios.