Los cálculos renales están formados por cristales químicos que se separan de la orina. Estos cristales se agrupan para formar cálculos. Se forman en el cáliz del riñón. Pueden permanecer en el riñón o pasar a las vías urinarias. Los riñones forman cálculos por muchas razones. Por ejemplo, si no bebes suficiente agua, no tendrás suficiente orina para diluir las sustancias químicas. Entonces, las sustancias químicas pueden formar cristales, que pueden convertirse en cálculos. Otros motivos por los que pueden formarse cálculos renales son la deshidratación, ciertos alimentos, las infecciones renales y los antecedentes familiares.
Los síntomas son dolor repentino e intenso y orina sanguinolenta. Los cálculos renales también pueden provocar náuseas o ganas frecuentes de orinar. La fiebre puede indicar una infección grave. Consulte inmediatamente a su médico si presenta fiebre con estos síntomas.
Las opciones de tratamiento incluyen la extirpación quirúrgica y el uso de ondas de choque para romper el cálculo en trozos pequeños que pasen más fácilmente. En algunos casos, el médico puede recetar medicamentos para disolver o prevenir los cálculos o para detener una infección. Haga clic aquí para saber más sobre las opciones de tratamiento de los cálculos renales.
La prevención es el tratamiento más importante para los cálculos renales. La prevención es especialmente importante si ha tenido cálculos renales en el pasado, ya que esto le hace propenso a formar otro. Tomar mucho líquido, comer menos proteínas (si procede), limitar la sal y otros cambios en la dieta pueden ayudar a prevenir los cálculos renales.